“El juego, el apego y la resiliencia en la infancia”

Creado por: Micaela Ceballos y Siria Sandoval.

Como sabemos, el juego es primordial en la vida de los pequeños. En este blog trataremos de poner en manifiesto el porqué de su importancia, relacionándolo tanto con enfoques constructivistas (Piaget y Vygotsky) como del psicoanálisis y de las teorías del desarrollo motor. Asimismo, hablaremos de la importancia que tiene el apego y su relación con la resiliencia. Dicho esto, comencemos.  

 

 El juego es uno de los pilares más importantes ya que resulta fundamental tanto en el desarrollo emocional, físico, social y cognitivo como en el aprendizaje del niño. La importancia del juego radica en que, a través del juego de exploración, el niño empezará a descubrirse, jugando primero con sus manos y pies, agarrando luego objetos o lo que esté a su alcance y de esta forma comenzará su etapa de exploración y conocimiento del mundo y de lo que lo rodea, tal como menciona Piaget en el texto de “El juego en el desarrollo infantil”. 

  A medida que el niño va creciendo, evoluciona su juego, esto va de la mano con lo que Piaget llama estadios evolutivos. Los estadios que nos interesa nombrar son los siguientes: sensoriomotor (0-2 años), preoperacional (2-6) y de operaciones concretas (6-12). Los diferentes tipos de juegos que van apareciendo se corresponden con los distintos estadios iniciando con los juegos de función o de ejercicio en el sensoriomotor, luego el juego simbólico en el preoperacional y el juego con reglas en el de operaciones concretas. Los tipos de juegos no se interrumpen cuando el niño se encuentra en un nuevo estadio, sino que permanecen, perfeccionándose y estando al servicio del tipo de juego actual predominante. El juego de construcción por su parte, inicia simultáneamente con los demás tipos de juego, al año de edad.  

 Para Piaget los niños aprenden interactuando con su alrededor, es decir que los pequeños al observar e investigar en su entorno, irán adquiriendo conocimientos que se sumarán a sus conocimientos y experiencias previas en un proceso llamado “asimilación y acomodación”. Vygotsky por su lado también cree que el niño aprende interactuando con su alrededor, pero además para él es fundamental la interacción con otros para que se produzca el aprendizaje y nos habla de una “zona de desarrollo real”, que es lo que los niños ya saben y no necesitan ayuda para lograrlo, y una “zona de desarrollo potencial”, en la cual necesitará de un otro para poder lograrlo. Aquí podemos nombrar a los juegos “de interacción social” en donde podemos encontrarnos a un adulto haciendo ruiditos graciosos al bebé para que este se divierta, o ya cuando es un poco mayor (8-12 meses) realizar los “juegos de falda”, tales como sentar al pequeño en el regazo y hacerle gestos faciales, cantándole una canción, etc. (El juego en el desarrollo infantil. p. 32) 

  En relación a las teorías del psicoanálisis, éste nos explica que el juego está relacionado a las emociones, es decir que mediante el juego podrán expresar sentimientos, temores y también encontrar el consuelo. En la clase 12 se menciona que “ellos expresan en el juego todo lo que les sucede, bueno o malo. Todo aquello que les ha dejado una impresión se procesa a través del juego” (p.03).  

 

 Y el juego es, también, un facilitador para la construcción de vínculos de apego; es mediante el juego que el adulto y el niño podrán crear una relación estrecha y de confianza. 

 

  El vínculo de apego, del cual nos habla Bowlby, se da entre el infante y sus adultos significativos, quienes se encargarán no solo de satisfacer las necesidades físicas del pequeño, sino que además le brindarán cuidado, cariño y sostenimiento. Esto es de suma importancia ya que el bebé necesita que lo mimen, que lo arrullen, que se le brinde amor y confianza mediante el contacto, la mirada y las palabras, para que pueda comenzar a construir su subjetividad, ganar seguridad, regular sus emociones y, como explica M. López (2011), para poder pasar de una dependencia absoluta a una relativa, y posteriormente iniciar un camino hacia la independencia.  

 Pero para que este lazo suceda, se necesita de tiempo y de una presencia activa y disponible por parte del adulto, en donde haya una interacción diaria y frecuente, de este modo habrá más posibilidades de que el vínculo que se cree sea uno de apego seguro. El apego seguro, como se explica en el texto de la tercera clase, se da cuando el niño confía en que el adulto podrá brindarle protección si este debe enfrentarse a una situación de temor y, gracias a esto, es que se atreve a explorar el mundo. En el video de la U. Pedagógica Nacional se lo explica como el uso del adulto como base de seguridad, esto quiere decir que el niño irá con el adulto, “cargará baterías” y esas baterías que se dan mediante el contacto le permitirán al niño explorar.  

  Esta relación de apego es muy importante ya que es un factor vital para la construcción de la resiliencia. Pero, ¿cuál es su significado? la resiliencia es la capacidad que tiene una persona de poder superar las adversidades que se le presentan, siendo así una explicación al hecho de que algunas personas, a pesar de crecer en un ambiente injusto, pueden convertirse en adultos psicológicamente sanos, tal como explica A. Melillo (s.f).  

  El mismo autor nos explica que hay ciertas características que las personas resilientes tienen y que guardan relación con su entorno social, con sus condiciones personales e intrapsíquicas y con habilidades de socialización. Características que se relacionan a su vez con el apego seguro, tales como la seguridad, la confianza con un otro significante o el sentirse querido, etc.  

 

 Dando un cierre, podemos decir entonces que tanto el juego como una relación de apego seguro son importantes para un buen desarrollo del niño. En el jardín es importante saberlo para poder crear, como dice Winnicott en el texto de López (2011), un “ambiente facilitador” en donde no solo haya un “ambiente pedagógico” sino que también les docentes estén dispuestos a recibir a los niños de la mejor forma, respetando sus vínculos de apego y ofreciéndoles un “ambiente afectivo”, adoptando una postura disponible al juego y a formar un vínculo y un lazo de confianza, para que poco a poco los niños puedan sentirse seguros en la sala. Como habíamos dicho, el juego y la interacción al igual que la mirada atenta y la escucha son importantes para que pueda darse la construcción de este vínculo, un vínculo que tendrá en el jardín una “finalidad pedagógica” ya que de esta forma y mediante el juego y los sentidos, los niños tendrán un estímulo para atravesar experiencias de aprendizaje y en el camino además se podrá contribuir a la construcción de la resiliencia.  

 

Bibliografía:

—Aldo Melillo (s.f) La resiliencia

—Carpio, Gabrielli (2020) Encuentro 3 - Tema: Importancia de los vínculos afectivos. La teoría del apego

—Carpio, Gabrielli (2020) Encuentro 4 - Tema: Comenzando a pensar el maternal

—Carpio, Gabrielli (2020) Encuentro 6 - Tema:  Repaso y profundización teoría de Piaget, y desarrollo del juego según los estadios piagetianos.

—Carpio, Gabrielli (2020) Encuentro 7 - Tema: Juego Psicoanálisis - Calmels

—Carpio, Gabrielli (2020) Encuentro 11 - Tema: Resiliencia

—Carpio, Gabrielli (2020) Encuentro 12 - Tema: Teorías del desarrollo y jardín

—El juego en el desarrollo infantil (s.f) Unidad 2

—M. Emilia Lopez (2011) “El tiempo de la separación y del encuentro”

—Video. Universidad pedagógica nacional. Recuperado de: https://drive.google.com/file/d/1Prq7jIRIAh_hD_GEEV5pW6h30a2BWnp7/view?usp=drivesdk